Manuelito va todos los días con su mamá al parque, a alimentar las palomas y a leer. Ella podría quedarse en casa avanzando cosas de su trabajo, pero prefiere seguir con la tradición de esos paseos, con tal de que Manuelito salga un rato a ver el mundo, ese mundo del que tantas veces seSigue leyendo «Manuelito»
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La que vino a (re)matar
La vi rondando por mi calle. Fue imposible no reconocerla: su mirada penetrante ya me había visitado antes, en tres ocasiones distintas, cuando intenté cortarme, ahogarme y lanzarme desde el puente, en ese orden, tantos años atrás. En aquellos días se me había aparecido justo antes de que yo culminara cada acción, antes de queSigue leyendo «La que vino a (re)matar»
Fiu, fiu, fiu
Mi esposa me estaba engañando desde hace meses. Comencé a darme cuenta de su cambio de actitud con pequeños detalles: el beso de despedida de las mañanas se mudó de la boca a la mejilla, de la mejilla a la frente y de la frente a la distancia; las pláticas de las comidas se sustituyeronSigue leyendo «Fiu, fiu, fiu»
Ya no me duele
—Mira, mami, ya no me duele. Mi pequeña hija presiona suavemente con su dedo índice el moretón que se hizo hace unos días al golpearse con un columpio. La oración resuena en mi cabeza y mi alrededor se paraliza por un instante mientras lo contemplo. Miro la pintura de las paredes y la solidez delSigue leyendo «Ya no me duele»
No me ames esta noche
Los tres años que pasé a tu lado constituyeron la etapa más feliz de mi vida, o quizá la única etapa que podría considerar completamente feliz. Mis amigos me insistieron hasta el cansancio que descargara esa aplicación en mi celular. Yo no creía que ese tipo de cosas fueran del todo inútiles: de seguro seSigue leyendo «No me ames esta noche»
Desde mi ventana
La ventana de mi habitación queda justo arriba de un árbol que está ubicado junto a la banqueta. Debido a que el pequeño lugar ofrece una sombra que no es nada despreciable cuando hace calor, constantemente puedo escuchar, desde mi cama, lo que las personas dicen al sentarse allá abajo. Era un viernes por laSigue leyendo «Desde mi ventana»
Querido Dios…
Querido Dios: En las pocas veces que fui a la iglesia, me dijeron que tú creaste el mar. ¿Es cierto?, porque, si lo es, debo reconocerte que te quedó hermoso. Si este será mi último momento con vida, me alegra que sea aquí. Perdona si tardo un poco en expresarme; las cuerdas de mis piernasSigue leyendo «Querido Dios…»
Me bastó una hora
Podría contarles todo, podría darles un montón de detalles. Podría hacer memoria y mencionarles cada momento que viví contigo. Podría listarles cada lugar al que fuimos juntos, cada sonrisa que pusiste en mi rostro, cada noche de llanto, de amor, de abrazos… Podría decirles sobre los regalos, las cartas, las flores… Podría contarles todas lasSigue leyendo «Me bastó una hora»
Las palabras del silencio
15 de agostoMis manos están dentro de mis bolsillos en forma de puño por el frío que tengo. Son las seis de la mañana. Mi mochila está colgada en mi hombro, mis ojos apenas están abiertos y la multitud se aglomera en la parada del autobús. Tengo sueño. Es lunes y estoy desvelado por terminarSigue leyendo «Las palabras del silencio»
Palomita
—¡Voy a ir! —¡No vas a ir! —¡Que sí voy a ir! —¡Tú no vas a ningún lado! —¡¿O qué?! —grité, justo antes de que el terror invadiera mis ojos, pues vi cómo mi papá levantaba la mano rápidamente, dispuesto a darme una bofetada. —¡Basta! —intervino mi mamá, para mi suerte—. —¡Tú no te metas!Sigue leyendo «Palomita»